Cuando una mujer decide emprender, su mayor motivación es la necesidad de generar ingresos para salir al frente con su familia, o con su propia vida. Es la experiencia que cuenta Emadín Guaba, directora de Mujeres Emprendedoras 4×4, un proyecto de apoyo y asistencia dirigido a mujeres de escasos recursos y que nació prácticamente con la pandemia.
Guaba, que era propietaria de dos tiendas, se vio obligada a cerrar sus locales por la llegada del COVID-19 y al mismo tiempo comenzó a usar sus redes sociales para recomendar productos de amigos que comenzaban a emprender. Y gracias a este gesto nació el Consejo de Emprendedores del Sur (Conesur), una plataforma que ayudaría a suplir una necesidad identificada entre emprendedores: la de brindar asistencia y capacitación.
“Trabajando esta comunidad es que me doy cuenta que casi del 70% de sus miembros son mujeres y más del 50% eran víctimas de violencia intrafamiliar o madres solteras. Y casi siempre se combinaban las dos condiciones al mismo tiempo”, reflexiona. Y este escenario fue lo que la motivó a crear el programa especial de emprendimiento femenino “Mujeres Emprendedoras 4×4”.
Guaba detalla que los negocios en tan pequeña escala (no suelen generar más de tres empleos), en términos generales les falta conocimiento para gestionar un negocio. “Los emprendedores conocen mejor que nadie su producto, pero muchas veces lo que falla en el emprendimiento no es el producto o servicio, sino cómo lo gestionan, cómo lo trabajan y manejan”.
“Es precisamente falta de capacitación”, resume.
Este panorama presentado por la impulsora de “Mujeres Emprendedoras 4×4”, también lo percibe la presidenta de la Asociación Dominicana de Mujeres Emprendedoras (ADME), Denisse Sánchez, al momento de abordar las necesidades que tienen las mujeres empresarias, aún cuando en su caso, trabaja con emprendimientos de mayor escala. Menciona de manera detallada la ausencia de asesoría técnica y financiamiento, especialmente para la participación de los procesos de contrataciones públicas.
“Ese tema (contrataciones públicas) es un cuento de no acabarse. Seguimos con los mismos tropiezos y la misma falta de transparencia, según las quejas de varias de nuestras socias”, señala la asesora inmobiliaria y propietaria de LAND BROKER RD.
Pero apunta que, a pesar de las pocas oportunidades que sufren muchas mujeres, ellas se reinventan y es parte del trabajo que hace esta asociación: el de crear las alianzas necesarias para que las mujeres puedan mantener altos estándares de asesoría y apoyo constante.
“Dominicana se eleva con muchas mujeres valiosísimas que cada día toman la decisión de empoderarse y reclaman hacer lo que les gusta y son buenas”. La sororidad queda de manifiesto, en iniciativas creadas por mujeres, que buscan ayudar a otras mujeres, y que miran en los emprendimientos femeninos, una forma de superar la inequidad.
Datos en materia laboral recopilados por la Tesorería de la Seguridad Social a enero 2022 apuntan que, si bien la cantidad de hombres con empleos es mayor que las mujeres (53.5% versus un 46.4%), las mujeres se alzaban con un salario promedio ligeramente mayor (RD$28,697) que los hombres (RD$28,382). Estos números solo reflejan el mercado laboral formal, que no forma parte de la regla en materia de emprendimientos.