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La felicidad no es solo una satisfacción personal, es una vía para ser mejores seres humanos, más solidarios, y hasta más productivos.

Un estudio de la firma Talent Management Consulting indica que las personas que tienen altos niveles de dopamina y serotonina, sustancias vinculadas con estados de felicidad, aumentan su capacidad cerebral en 100%. Esto se refleja en un aumento del mismo porcentaje en sus niveles de productividad.

Además, Forbes publicó un artículo que señalaba que la felicidad era el motor de la productividad. Dicho texto hacía referencia a diversos estudios en donde se indicaba que ser feliz es la llave maestra para que las personas sean más productivas.

Para el colaborador

Ante la interrogante si el trabajo incide o no en la felicidad, Ivanna Lajara, fundadora del Instituto Meraki de Felicidad Laboral y docente universitaria en temas de desarrollo organizacional e innovación, sostiene que está demostrado que sí incide, pero que se tiene una visión errónea sobre el tema.

“Tu felicidad en el trabajo no depende si te gusta o no lo que haces, si estudiaste eso o no, si el café era rico o amargo, si tus compañeros te hacían bullying o admiraban, si tu jefe es divertido e inteligente o todo lo contrario, si la empresa donde trabajas tiene sala de juegos o no tiene ni área para almorzar… gran parte de tu felicidad o plenitud en el trabajo depende de ninguno de estos factores”, explica.

De lo contrario, sí depende de:

Conocerte a ti mismo y saber cuáles son tus detonantes y motivadores.

Sentir tus emociones y observarlas tal cual las sientes.

Conectar y alinear tu propósito personal a esa tarea o función que tienes al frente.

Entender y apreciar a todas las personas que impactas con tu trabajo.

Decidir ser y estar presente por completo en lo que estás haciendo.

Esforzarte en dar lo mejor de ti en cada tarea.

Agradecer que tienes un trabajo y la oportunidad de manifestar tus capacidades y talentos.

Reconocer y empatizar con aquellos que te rodean a pesar de ser diferentes a ti.

Enfatiza que si conjugas felicidad con ser, en vez de hacer, entenderás que nada ni nadie puede hacerte feliz, solo tú mismo.

Papel de las organizaciones

La experta en gestión del cambio organizacional en su experiencia como creadora del Instituto Meraki de Felicidad Laboral, organización que brinda servicios educativos para la felicidad organizacional y que ha impactado a más de 90 empresas y 11,000 personas, dice que hay miles de estrategias y programas de bienestar para ofrecer a los colaboradores y que estén a gusto en su lugar de trabajo, sin embargo las tres responsabilidades primordiales que debe asumir la empresa son:

El propósito organizacional e individual de los colaboradores deben estar claros y alineados.

Los procesos deben ser diseñados, documentados, compartidos, y deben aportar al bienestar de la organización y sus equipos.

Las personas o talentos deben ser atraídas, seleccionadas, desarrolladas, y retenidas en base a una planificación estratégica a largo plazo.

“Donde no hay orden, no puede haber paz, y la paz del individuo, del equipo, y de la empresa es fundamental para promover la felicidad en el trabajo”, concluye Lajara convencida que la felicidad y la productividad van de la mano.