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Hay un refrán que dice: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Imagina que podría pasar si esas buenas iniciativas no parten de un solo individuo, ni de una sola y aislada empresa, sino de toda una industria, un mercado, una sociedad, un continente y un mundo. Los cambios serían realmente grandes.

La reducción de daños con enfoque en la sostenibilidad es una estrategia que busca minimizar los impactos negativos de una actividad o sector en el medio ambiente, la sociedad y la economía.

 

Son muchas las industrias que han implementado pequeños grandes pasos para la reducción de daños con enfoque en la sostenibilidad como parte de sus prácticas comerciales. En los últimos años se han centrado en identificar y aplicar prácticas y tecnologías que reducen la huella ambiental, promueven la equidad social y contribuyen al desarrollo económico sostenible.

 

Energía y minas: trabaja para reducir el impacto ambiental de la producción y el consumo de energía; invierte en la energía renovable, como la solar y la eólica, para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e implementa prácticas de eficiencia energética, a la vez que promueve el uso responsable de los recursos naturales.

 

Moda: el mundo textil está dando preferencia a la producción de textiles y prendas de vestir sostenibles, como el uso de fibras orgánicas y recicladas, la reducción de productos químicos tóxicos y la implementación de prácticas de producción más eficientes. En sus políticas empresariales, fomentan iniciativas de comercio justo y condiciones laborales éticas en la cadena de suministro.

 

Construcción: adopta enfoques más sostenibles en sus procesos, desde sus materiales de construcción ecológicos y reciclado hasta el fomento de diseños y construcción de edificios de alta eficiencia energética. Este sector le ha dado prioridad a la planificación urbana sostenible. Ha promovido prácticas de gestión de residuos, reutilización y el reciclaje.

 

Alimentos y bebidas: promueve la agricultura sostenible y orgánica para reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos. Estas empresas han dado grandes pasos: reducen el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, priorizan la conservación de los recursos hídricos, impulsan la reducción de desperdicios alimentarios y fomentan la producción y consumo de alimentos locales y de temporada.

 

Transporte: trabaja para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la movilidad sostenible. Se han desarrollado vehículos eléctricos y de bajo consumo de combustible, como los híbridos y eléctricos con bajas emisiones de carbono, además con diseños más amigables con el medio ambiente. Hay empresas que tienen campañas alineadas con los ayuntamientos donde se promueve el uso de transporte público y compartido.

 

Industria química: disminuye los riesgos y el impacto ambiental de sus productos y procesos. En la actualidad, toma medidas para gestionar y reducir los residuos químicos, minimizar la emisión de sustancias tóxicas, promover la seguridad en el manejo de estos productos, que pueden ser muy dañinos, y fomentan la investigación y el desarrollo de alternativas más seguras y sostenibles.

 

Farmacéutica: su mayor aporte a la reducción de daños es a través de la investigación y el desarrollo de medicamentos más seguros y eficientes. A esto se le suma las prácticas para minimizar los efectos secundarios de los medicamentos, garantizar la calidad y seguridad de los productos, y promover la gestión adecuada de los residuos farmacéuticos.

 

Tecnología: la empresas tecnológicas reduce el impacto ambiental de sus productos y procesos con medidas para mejorar la eficiencia energética de dispositivos electrónicos, reducir el consumo de recursos en la fabricación de equipos y promover la reutilización y el reciclaje de productos electrónicos al final de su vida útil.

 

Industria tabacalera: aunque aquí la reducción de daños es un tema complejo, debido a los riesgos inherentes del tabaco, se han implementado innumerables medidas para mitigar los efectos negativos. Las empresas tabacaleras han invertido en la investigación y desarrollo de productos de tabaco potencialmente menos dañinos. Estos productos incluyen los cigarrillos electrónicos, los dispositivos de tabaco calentado y los productos de tabaco sin humo. Si bien estos productos no son libres de riesgos, se considera que su uso puede reducir algunos de los daños asociados con el consumo tradicional de cigarrillos.

 

Un aporte importante ha sido el etiquetado y advertencias, con información más clara y advertencias más explícitas en los productos de tabaco. Acompañado de restricciones publicitarias: muchos países han implementado regulaciones estrictas sobre la publicidad de tabaco, incluyendo la prohibición de la publicidad en medios de comunicación masiva, la restricción de la promoción en lugares públicos y la limitación de la promoción dirigida a jóvenes y no fumadores.

 

Y por último, y no menos importante, programas de cesación tabáquica para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Esta iniciativa incluye asesoramiento, terapias de reemplazo de nicotina y productos de reducción del daño como IQOS.